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MONZON ANTE BENVENUTI

07/11/2013 - 15.40.37

 

 

Monzón ante Benvenuti: el recuerdo una batalla épica

Algunos detalles íntimos que hicieron a una victoria histórica

Por Carlos Irusta
ESPN.com

BUENOS AIRES -- El mundo del boxeo sabe y recuerda aquella pelea. Carlos Monzón venció por nocaut en el 12do asalto a Nino Benvenuti y le arrebató el campeonato mundial de los medianos. Ocurrió la noche del 7 de noviembre en el Palazzetto Dello Sport, en Roma, ante 18 mil espectadores. Afuera, llovía.

Getty Images  El combate fue elegido "La pelea del año" por la prestigiosa revista norteamericana The Ring

Tal vez no se recuerde que, cuando se produjo la definición, los jurados Georges Condré, de Francia, Aimé Leschot, de Suiza y el referí alemán Rudolph Drust --que también llevaba tarjeta--, tenían ventajas para Benvenuti, quien venía recibiendo tremendo castigo. El encuentro fue considerado como "La pelea del año" para la prestigiosa revista norteamericana The Ring.

Tal vez no se recuerde que antes de la pelea subieron a saludar Ringo Bonavena y Gregorio "Goyo" Peralta, quienes efectivamente, saludaron al público, pero que ni siquiera se miraron.

Son muchos los detalles que se han ido borrando con el tiempo. Juan Carlos Lectoure tuvo que buscar mucho a Bruno Amaduzzi para lograr la oportunidad para el argentino. Amaduzzi, el manager de Nino, tenía otros objetivos, incluyendo una nueva pelea con Emile Griffith. Monzón, que ya figuraba como número uno del ranking de la WBA, no era tenido en cuenta. Lectoure viajó a la convención de ese organismo en Salt Lake City, Estados Unidos, y hasta llegó a ofrecer una bolsa desmesurada para que Benvenuti viajara a la Argentina, unos 80 mil dólares de la época. "Suerte que no quisieron, porque hubiera fundido al Luna Park", dijo. Finalmente, Amaduzzi decidió aceptar la pelea para sacarse de encima a Lectoure. Y a Monzón, claro.

Cuando se arregló el combate --en el que también estuvo en juego el cinturón del WBC, de reciente creación--, Lectoure le dijo a Carlos Monzón y a su técnico, Amílcar Brusa que, dado que faltaban tres meses para la pelea, Carlos no debía pelear más, para evitar algún corte o hasta una derrota que complicara la pelea con Benvenuti. Monzón se negó, "¿Cómo hago para mantener a mi familia?". Lectoure le preguntó cuánto ganaba por pelea y le ofreció el dinero. "Hace de cuenta que peleás una vez por mes... yo te doy la plata y cuando puedas, la devolvés".

El equipo que viajó a Italia fue bastante reducido. Además de Carlos Monzón, Amílcar Brusa y Juan Carlos Lectoure, lo hizo el preparador físico, Patricio Russo Seibane, quien se costeó el viaje por sus propios medios ("Nunca me voy a arrepentir de haber vendido mi Fiat 600", decía). También lo hizo Juan Alberto Aranda, campeón argentino de los welter Juniors ("Mi intención, era además de acompañarlo a Carlos, quedarme en Europa para hacer alguna pelea") y José Menno.

José Menno fue una pieza clave en los entrenamientos de Monzón. Menno era un medio pesado de más de 80 kilos, que venía de viajar por todo el mundo y que tenía mucha experiencia en tierras italianas. Además, era un especialista en supervivencia en todos los rings y rivales. Desde Bobo Olson en San Francisco, a Giulio Rinaldi en Roma o a Oscar "Ringo" Bonavena en Montevideo (esa pelea, efectuada unos meses antes, terminó siendo su última presentación profesional, el combate número 54. "El Tano" Menno, como lo llamaban todos, tenía 34 años).

Sabía todos los trucos y las mañas. Él fue quien se encargó de martirizar a Monzón en los entrenamientos, obligándolo a trabar, a palanquear al rival, a empujarlo y hacer una pelea de fricción. Si Amílcar Brusa, en su condición de ex boxeador, pero también luchador, le había enseñado todos esos trucos a Monzón, con Menno pudo practicarlos a diario. Y encima, con un hombre mucho más pesado que el: cuando lo tuvo enfrente a Benvenuti, para Carlos el italiano era una pluma...

A poco de empezar la pelea, Monzón le pegó en el mentón con el hombro a Benvenuti: el campeón entendió el mensaje. "Esa noche --nos dijo-- me di cuenta de que este hombre no venía a boxear, venía a pelear y a ganar de cualquier manera y enseguida se me prendió una luz roja de alarma: me di cuenta de que estaba en peligro". No se equivocó.

Por entonces, Monzón tenía 28 años y 81 peleas, de las que solo había perdido tres. Benvenuti, que había sido campeón olímpico, sumaba 87 combates profesionales. Tenía 32 años. Eran los tiempos en que para llegar a una pelea de campeonato mundial había que sumar muchos combates y muchos triunfos.

Tal vez pocos recuerden que Carlos Monzón tenía muchos problemas con las manos. Mal alimentado de pequeño, con un gran déficit de glóbulos rojos, no solamente debía administrar muy bien sus fuerzas, sino que subía al ring infiltrado, porque tenía las manos rotas. El equipo argentino contó con la inestimable ayuda de Juan Carlos "Toto" Lorenzo, quien en esa época dirigía a la Lazio. No solamente consiguió un médico, sino que además, su esposa le preparó a Carlos su menú preferido para después de cada pesaje...

Monzón tenía serios problemas para dar el peso y por eso, la noche anterior, dormía vestido y abrigado (el pesaje, en esos días, se efectuaba la misma mañana del combate). Así que para recuperar fuerzas, luego de la ceremonia, él tenía siempre preparado un termo con una sopa de gallina, que para la ocasión, le había preparado la esposa del Toto Lorenzo. "Ese caldo se lo hacía siempre yo --recordó un día su esposa, Pelusa--. Y él estaba acostumbrado a tomarlo, porque sentía que le hacía bien para recuperar fuerzas... Aunque en realidad, era pura grasa, tenía un gusto asqueroso..."

El límite de los medianos es de 72,574 kilos y los dos registraron ese mismo peso. Como Carlos llegaba con lo justo, tuvo que desnudarse por completo para estar seguro, lo cual produjo algunas miradas y no miradas femeninas, porque la ceremonia se llevó a cabo en un teatro...

Cuando terminó la ceremonia, Benvenuti cometió un error. "El vino a saludarme y le di vuelta la espalda. Cuando lo sentí pegado a mí, vi que quiso acariciarme el culo con palmaditas. Giré la cintura, le clavé los ojos y bajó la mano. Creo que fue en ese momento en que se dio cuenta de lo que le esperaba. Cuando subí al ring, sentía que él era un enemigo, el que venía a robarme el pan de mis hijos. Si esa noche podía, lo mataba", confesó Monzón. "Cuando el referí dio las instrucciones, Benvenuti me miró como para sacarme una sonrisa y yo, con el protector bucal ya puesto, le dije "Esta noche te mato, gringo, te mato". Es que en esa pelea era una cuestión de él o yo..."

Tal vez pocos recuerden que esa noche, también peleó otro argentino, Abel Almaraz, quien perdió por puntos en 8 asaltos con el italiano Nelio Carbi. O que en el rincón de Monzón, además de Brusa, estuvieron Menno y Russo: Lectoure no pudo hacerlo porque jugando al fútbol se había lesionado un tobillo. Y tal vez pocos recuerden que, en la partida, fueron apenas unos amigos a saludarlo. "Mejor, así puedo abrazarlos a todos, uno por uno", dijo Monzón.

Lo que el mundo del boxeo no olvidará jamás, es aquella derecha tremenda, impiadosa, anunciada y espectacular que derrumbó a Benvenuti como un títere al que le cortan los hilos. En el descanso de ese asalto, Brusa le había dicho a Monzón: "Ese hombre está listo, Carlos, vaya y póngalo nocaut".

Monzón, como siempre, lo obedeció. Y con esa derecha impiadosa se metió para siempre en la historia del boxeo argentino

Carlos Irusta Carlos Irusta es uno de los periodistas de boxeo más reconocidos de la Argentina. Actualmente, conduce en radio el programa Ring Side en el Aire los domingos por la noche en AM 910, La Red, y en TV es una de las voces de Noche de Combates por ESPN. Además dirige la revista Ring Side. Fue prosecretario de redacción de la revista El Gráfico. Para seguirlo en Twitter: @carlosirusta Consulta su archivo de columnas.

 

Fuente: espndeportes.espn.go.com/news/story