Chris Farina/Top Rank

Comentario de Rafael: Luego de las dos fenomenales peleas --candidatas al mejor combate del año-- disputadas por Ríos, ex campeón de peso ligero, y Alvarado, ex campeón de peso welter junior (un triunfo de Ríos por nocaut en el séptimo asalto en octubre de 2012, seguido por una victoria por decisión de Alvarado en la revancha de marzo de 2013 para llevarse un cinturón interino vacante de peso welter junior), un tercer encuentro estaba destinado a concretarse.

 

Como los dos pugilistas, quienes se han vuelto amigos a través de su épica rivalidad, han perdido otras peleas importantes luego de su revancha -- Ríos de forma contundente por decisión ante Manny Pacquiao y Alvarado ante Juan Manuel Márquez -- la pelea más importante a disposición de cada uno de ellos en este momento era ésta. Después de la revancha, Ríos dijo en voz alta que estaría dispuesto a enfrentarse a Alvarado en su ciudad natal de Denver, de modo que Top Rank organizó el combate en un suburbio de esta ciudad, donde hubo un estridente lleno total de 5988 personas, y muchas de ellas increíblemente alentaban por Ríos.

 

En lugar de cerrar la trilogía con otro clásico, lo que vimos fue una demolición rotunda. Ríos, púgil de 28 años de Oxnard, California, destruyó a un Alvarado mal preparado, quien al final renunció después del tercer asalto. Ríos, quien tuvo una actuación poco contundente durante una victoria por descalificación contra Diego Chaves en agosto, se preparó con excelencia y, para variar, alcanzó el peso sin problemas. De hecho, viajó con su entrenador Robert García y su equipo al área de Denver dos semanas antes de lo previsto bajo sus propios costos para completar el entrenamiento en altitud para estar lo más preparado posible. Y esto quedó de manifiesto en una actuación que Ríos describió como la mejor de su carrera. Alvarado, por el contrario, fue un completo desastre. A pesar de sus valientes palabras durante la promoción, de cómo estaba en forma y preparado, y de sus afirmaciones de que su detención a las 4 de la mañana a principios de enero durante una parada de tráfico en la que la policía descubrió un arma cargada en su Hummer no fue una distracción, claramente estaba diciendo tonterías. Alvarado, de 34 años, estaba en muy mal estado y lució como un boxeador completamente terminado después de un minuto de pelea, cuando Ríos comenzó a entrar en ritmo y a atacar con todo con el rostro enrojecido. ¿Qué tan desparejo fue el primer asalto? Ríos superó a Alvarado 29-6.

 

Incluso para un observador novato, el primer round fue tan desparejo que era evidente que el combate sería breve y que terminaría en victoria para Ríos. En el segundo round siguió repartiendo. Todo lo que Alvarado logró aterrizar fue un golpe bajo accidental que dejó a Ríos de rodillas. El árbitro Jay Nady advirtió a Alvarado por la falta, y después de unos momentos para recomponerse, Ríos volvió a la ofensiva. Alvarado ejecutó un par de golpes decentes más adelante en el asalto, pero ese fue su último (¡único!) logro.

 

Ríos siguió castigando en el tercer round, y sacudió a Alvarado con todos los golpes que figuran en el libro, incluyendo un potente uppercut de derecha. Los golpes fueron limpios y Alvarado se tambaleó una y otra vez antes de que uno de esos uppercuts finalmente le dejara de rodillas. Al finalizar el segmento, Alvarado estaba hecho.

 

En total, Ríos aterrizó 120 de 290 golpes (41 por ciento) y Alvarado conectó apenas 20 de 87 (23 por ciento). Aunque la razón oficial de la intervención de Nady para concluir la pelea fue el consejo del médico de turno, cuya pregunta a Alvarado sobre cuántos dedos tenía levantados fue respondida de forma incorrecta (levantó dos y Alvarado dijo cuatro), estaba más que claro que Alvarado no quería continuar. Fuera de forma y poco interesado en seguir recibiendo una paliza, renunció. Para muchos, simplemente se presentó para cobrar su bolsa de $785.000, que muy probablemente será la última de esta magnitud en su carrera. Fue una pésima actuación en la que perdió su tercera pelea consecutiva (Ríos, Márquez y una derrota local por nocaut en la que perdió su título mundial de peso welter ante Ruslan Provodnikov) y la cuarta en cinco peleas. Ahora se enfrenta a otra posible pena de prisión debido a una detención reciente, ya que al haber sido condenado por un delito grave no tiene permitido poseer un arma de fuego.

Por muerta que luzca la carrera de Alvarado, este triunfo revive la carrera de Ríos, ya que peleó con un excelente estado físico y se le vio muy bien. Ha ganado dos peleas seguidas luego de sus derrotas ante Alvarado y Pacquiao, y es candidato para otra pelea importante. Bob Arum, promotor de Top Rank, dijo que conseguiría otro combate de alto perfil para Ríos, quien ganó $850.000, tal vez contra Márquez o Timothy Bradley Jr.

 

Aunque la trilogía Ríos-Alvarado terminó con un gemido en lugar de una explosión, ciertamente no es la única trilogía con una pelea decepcionante en la serie. Por ejemplo, el segundo encuentro entre Muhammad Ali y Joe Frazier no fue nada de otro mundo. La segunda pelea entre Arturo Gatti y Micky Ward no tuvo ni punto de comparación con la primera y tercera, y lo mismo podría decirse del segundo combate en la trilogía de Marco Antonio Barrera y Erik Morales. En este caso, las dos primeras peleas de Ríos-Alvarado fueron legendarias, y la tercera no estuvo a la altura de los capítulos anteriores.

Comentario de Rafael: A corto plazo, puede que la clara victoria por puntos de Ramírez sobre Vlasov, un duro pugilista ruso de 28 años, no haya impresionado a muchos. Seguro, Ramírez, un zurdo carismático de 23 años y quizás la próxima atracción popular de México, claramente ganó la pelea, pero no de manera tan impresionante como en sus combates anteriores, que incluyen victorias por nocaut contra rivales como los ex retadores de títulos mundiales Giovanni Lorenzo y Fulgencio Zúñiga.

 

Sin embargo, a largo plazo, esta victoria debería rendir grandes dividendos ya que fue una gran experiencia de aprendizaje para Ramírez, quien necesitaba una pelea como ésta. Vlasov, de 6-3 pies de altura y uno de los pocos oponentes más altos que Ramírez, de 6-2 pies, fue el mejor oponente al que se ha enfrentado. También era más grande, al haber bajado de peso semipesado para enfrentarse a Ramírez en un peso acordado de 171 libras. Pero Ramírez lo manejó bien, aunque no se haya tratado de la pelea más atractiva para los fans. Una de las cosas que sí hizo Ramírez fue seguir mostrando sus brutales golpes al cuerpo. Castigó a Vlasov en el torso, al que le apuntó desde el campanazo inicial. En total, clavó 112 golpes al cuerpo, según las estadísticas de CompuBox. Bastaba una sola mirada al rostro de Vlasov para saber que estaba sintiendo los ganchos de derecha ahí abajo.

 

Ramírez, quien tiene que acortar sus golpes un poco y no lanzar tan amplio, mantuvo un buen ritmo de trabajo y aterrizó más golpes que Vlasov en todos los asaltos menos el quinto. Incluso cuando el árbitro Curtis Thrasher advirtió a Ramírez por un golpe bajo en el quinto round, esto no le desalentó a seguir atacando el cuerpo de Vlasov.

Ramírez también aterrizó su cuota de golpes a la cabeza, que magullaron y enrojecieron el rostro de Vlasov. Más adelante en el combate, el ojo izquierdo de Ramírez comenzó a hincharse y a volverse negro y azul, pero parecía ser el resultado de un cabezazo accidental. Al final, Ramírez consiguió su victoria con esfuerzo, cortó la racha ganadora de 11 peleas de Vlasov y continuó su ascenso. Aún está por verse si podrá llegar a la cima.

Comentario de Rafael: Gvozdyk es un prospecto de alto perfil que podría moverse rápidamente en las filas profesionales. El pugilista de 27 años fue un gran peleador amateur y ganó el bronce olímpico en 2012. Tan avanzado estaba que se hizo profesional con una pelea programada a seis asaltos, en lugar de los cuatro rounds habituales, en abril de 2014. Su cuarto combate profesional fue programado directamente a ocho asaltos.

 

Ya es un boxeador de aspecto maduro con buena potencia, y es muy preciso en sus golpes. Cummings, pugilista de 35 años de Baltimore, no es ningún campeón mundial, pero tiene experiencia y se ha enfrentado a algunos oponentes notables, entre ellos el ex campeón de peso mediano Keith Holmes y William Joppy (dos veces), y el ex campeón de peso semipesado Montell Griffin. Pero Gvozdyk lo dominó sin problemas, y le entregó a Cummings su segundo nocaut en sus ocho derrotas. Fue una actuación impresionante, ya que Gvozdyk lo midió durante los primeros dos asaltos y luego lo martilló en el tercero con tres derribos. Bajó a Cummings por primera vez con un gancho de izquierda y luego soltó una lluvia de golpes en el ataque de seguimiento que lo dejaron tumbado de cara en la lona para el segundo derribo. La secuencia final llegó momentos después con una típica combinación de librito, jab, uppercut y derecha limpia, que dejó a Cummings sentado. Ni bien tocó la lona, el árbitro Stephen Blea detuvo la pelea a 1 minuto, 10 segundos.

 

Gvozdyk, entrenado por Robert García (a quien le gusta mucho su potencial), está en los establos del manager Egis Klimas, quien tiene buen ojo para el talento y por lo general no se involucra con pugilistas sin gran potencial. Puedes sumar a Gvozdyk a la lista de buenos luchadores de Klimas , que incluye al campeón unificado de peso semipesado Sergey Kovalev y a los campeones de peso pluma Vasyl Lomachenko y Evgeny Gradovich.

 

 

 Don Rafael